La música no existe
"De las melodías musicales, no son por naturaleza unas de una clase u otras de otra, sino que somos nosotros quienes lo imaginamos" Sexto Empírico, Adv. Mathem VI, 20
Dentro de la estética de la filosofía helenística, surgieron, junto a la Academia de Platón y la escuela peripatética de Aristóteles, otras escuelas nuevas. El lema hedonista fue recogido por la escuela epicúrea, los lemas moralistas fueron defendidos por la escuela estoica. Bajo el tercer lema, los escépticos crearon una filosofía negativa que consideraba inseguro todo juicio e insolubles todos los problemas que preocupaban a la humanidad, quedando esta escuela en oposición a todas las anteriores.
En relación a la música los escépticos afirmaron que ésta estaba compuesta exclusivamente de sonidos así que si no hubiera sonidos, no habría tampoco música. A continuación se afirma que no existen los sonidos. Para esta afirmación debemos retrotraernos a las opiniones de célebres filósofos como los cirenaicos que afirman que sólo existen las impresiones, así que, si entendemos los sonidos como la impresión que nos provoca, éstos no existen. También Platón se mantiene en esta línea, ya que para él sólo existían las ideas.
Por otra parte el sonido no es algo firme, sino algo que surge, se forma y transcurre a lo largo del tiempo, y lo que apenas ha surgido todavía no existe. Esta es otra prueba adicional que utilizaban los escépticos para afirmar que los sonidos no existen, y si éstos no existen, tampoco existe la música.
En realidad, los escépticos nos vienen a decir que no hay música independiente del hombre y de sus sensaciones, es decir, sí existe una música en tanto que existe la experiencia humana. Y si la música es tan sólo una experiencia, carecerá de valores objetivos y permanentes, poseyendo entonces valores subjetivos y mutables, solamente presentes en la conciencia del hombre. Este es el sentido de afirmar que "no hay música".
Efectivamente como afirmaban los escépticos, la música, como el resto de las artes es algo completamente subjetivo en cuanto a que procede del hombre, pero no por ello es algo que carece de valor. También se puede observar cómo verdaderamente la belleza de la música como concepto general, al ser algo subjetivo, procede de unos cánones generales que son aceptados por el conjunto de la sociedad.
Sin embargo es curioso cómo la música, como el arte en general, es algo que se ha dado en todas las sociedades humanas independientemente de si éstas han entrado en contacto entre ellas. Es decir, la música es inherente al hombre. Y si el hombre existe, la música lo hace también. Es verdad, que es una existencia condicionada y dependiente de la existencia humana, pero ¿no son las ciencias, hechos objetivos cuya existencia no es negada, experiencias dependientes de la naturaleza?
Por ello hoy en día se establece una diferenciación entre las ciencias naturales y las ciencias sociales o humanidades, pero siempre manteniendo ese rango de ciencia, porque aunque la música es un objeto prefabricado, no existente por sí mismo en la naturaleza, sí ha alcanzado un alto grado de perfección en esa idea de la techne griega.
Otro de los ataques que los escépticos lanzan contra la música es la de las sensaciones que esta hace surgir en el oyente, afirmando que el hecho de expresar que una música calma, provoca ira o excitación, es algo completamente falso.
Esta afirmación tiene parte de verdad, ya que la música no sugiere lo mismo para todo el mundo y músicas que se han catalogado como músicas tranquilizadoras o músicas exaltadas se deben a ese consenso general de la sociedad por el que ciertas ideas se quedan como fijas y no se discuten. Por otro lado, la afirmación anterior también tiene parte de falsedad, puesto que aunque cada música no sugiere lo mismo a cada persona, es innegable que sí sugiere algo, y en el momento en el que genera una experiencia personal en cada uno de nosotros, ya es algo útil y cuya existencia no puede ser negada.
Aunque, siguiendo la línea de los escépticos, podríamos afirmar que no existe ninguna experiencia personal, en cuanto a que el ser humano es un animal social que viven en un contexto espacio-temporal muy delimitado y concreto que hace que sus experiencias, por muy personales que sean, siempre van a estar influenciadas por la sociedad en la que vive y existe.
En definitiva aunque se llegue a pensar que la música no existe en cuanto a que es una existencia dependiente y subjetiva que no provoca las mismas sensaciones en cada uno de nosotros, ¿no es algo curioso y maravilloso, que un conjunto de sonidos, que no son más que vibraciones percibidas por el oído, puedan trasmitir ideas muy diferentes creando distintos conceptos de belleza y sugiriendo diversas sensaciones?
Dentro de la estética de la filosofía helenística, surgieron, junto a la Academia de Platón y la escuela peripatética de Aristóteles, otras escuelas nuevas. El lema hedonista fue recogido por la escuela epicúrea, los lemas moralistas fueron defendidos por la escuela estoica. Bajo el tercer lema, los escépticos crearon una filosofía negativa que consideraba inseguro todo juicio e insolubles todos los problemas que preocupaban a la humanidad, quedando esta escuela en oposición a todas las anteriores.
En relación a la música los escépticos afirmaron que ésta estaba compuesta exclusivamente de sonidos así que si no hubiera sonidos, no habría tampoco música. A continuación se afirma que no existen los sonidos. Para esta afirmación debemos retrotraernos a las opiniones de célebres filósofos como los cirenaicos que afirman que sólo existen las impresiones, así que, si entendemos los sonidos como la impresión que nos provoca, éstos no existen. También Platón se mantiene en esta línea, ya que para él sólo existían las ideas.
Por otra parte el sonido no es algo firme, sino algo que surge, se forma y transcurre a lo largo del tiempo, y lo que apenas ha surgido todavía no existe. Esta es otra prueba adicional que utilizaban los escépticos para afirmar que los sonidos no existen, y si éstos no existen, tampoco existe la música.
En realidad, los escépticos nos vienen a decir que no hay música independiente del hombre y de sus sensaciones, es decir, sí existe una música en tanto que existe la experiencia humana. Y si la música es tan sólo una experiencia, carecerá de valores objetivos y permanentes, poseyendo entonces valores subjetivos y mutables, solamente presentes en la conciencia del hombre. Este es el sentido de afirmar que "no hay música".
Efectivamente como afirmaban los escépticos, la música, como el resto de las artes es algo completamente subjetivo en cuanto a que procede del hombre, pero no por ello es algo que carece de valor. También se puede observar cómo verdaderamente la belleza de la música como concepto general, al ser algo subjetivo, procede de unos cánones generales que son aceptados por el conjunto de la sociedad.
Sin embargo es curioso cómo la música, como el arte en general, es algo que se ha dado en todas las sociedades humanas independientemente de si éstas han entrado en contacto entre ellas. Es decir, la música es inherente al hombre. Y si el hombre existe, la música lo hace también. Es verdad, que es una existencia condicionada y dependiente de la existencia humana, pero ¿no son las ciencias, hechos objetivos cuya existencia no es negada, experiencias dependientes de la naturaleza?
Por ello hoy en día se establece una diferenciación entre las ciencias naturales y las ciencias sociales o humanidades, pero siempre manteniendo ese rango de ciencia, porque aunque la música es un objeto prefabricado, no existente por sí mismo en la naturaleza, sí ha alcanzado un alto grado de perfección en esa idea de la techne griega.
Otro de los ataques que los escépticos lanzan contra la música es la de las sensaciones que esta hace surgir en el oyente, afirmando que el hecho de expresar que una música calma, provoca ira o excitación, es algo completamente falso.
Esta afirmación tiene parte de verdad, ya que la música no sugiere lo mismo para todo el mundo y músicas que se han catalogado como músicas tranquilizadoras o músicas exaltadas se deben a ese consenso general de la sociedad por el que ciertas ideas se quedan como fijas y no se discuten. Por otro lado, la afirmación anterior también tiene parte de falsedad, puesto que aunque cada música no sugiere lo mismo a cada persona, es innegable que sí sugiere algo, y en el momento en el que genera una experiencia personal en cada uno de nosotros, ya es algo útil y cuya existencia no puede ser negada.
Aunque, siguiendo la línea de los escépticos, podríamos afirmar que no existe ninguna experiencia personal, en cuanto a que el ser humano es un animal social que viven en un contexto espacio-temporal muy delimitado y concreto que hace que sus experiencias, por muy personales que sean, siempre van a estar influenciadas por la sociedad en la que vive y existe.
En definitiva aunque se llegue a pensar que la música no existe en cuanto a que es una existencia dependiente y subjetiva que no provoca las mismas sensaciones en cada uno de nosotros, ¿no es algo curioso y maravilloso, que un conjunto de sonidos, que no son más que vibraciones percibidas por el oído, puedan trasmitir ideas muy diferentes creando distintos conceptos de belleza y sugiriendo diversas sensaciones?
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